jueves, 20 de diciembre de 2012

LA ESPERANZA EN EL CREADOR


Ciertamente es desastroso el cuadro que se nos presenta a la vista. Nuestra Sociedad, la humanidad entera vive en un muy  equívoco funesto. Por todas partes las discusiones más  acaloradas y más fanáticas  se enseñorean de la mayor parte de los vivientes..Se odian y se matan unos a otros a sangre fría en luchas con verdadero salvajismo y terribles atrocidades  
 El hombre se ha valido de cámaras de gas, campos de concentración y de exterminio, tanques, bombas incendiarias, lanzallamas y otros métodos horrendos para torturar y matar a su semejante sin compasión. Es la locura personificada, Yo querría saber de todas estas atrocidades humanas quien recibe provecho quien mueve los hilos de tales acciones  porque es incomprensible que el hombre, por sí solo, instrumento verdadero del progreso, dentro de este lugar llamado tierra, no pueda en realidad gozar del amor y de una paz verdadera  colectiva y duradera como se ha venido clamando últimamente por todos los estamentos..

 Para paliar los problemas puntuales como los continuos   robos con asaltos a domicilio, entidades bancarias y empresas se pueden tomar toda clase de medidas y precauciones colocando sofisticados aparatos de  alarma, perros guardianes y una vigilancia extrema. Pero ninguna de estas precauciones llega a ser eficaz..

¿Se puede culpar de lo que ocurre a las leyes, a los tribunales, al sistema de prisiones o a la violencia de las películas de la televisión el derrumbe  del estado del bienestar  en la tierra? Esto son solo factores. Pero hasta las mismas autoridades especializadas en analizar el delito confiesan que tiene que haber algo más que eso.

¿Es posible mi estimado lector, que los seres humanos que anhelan  la paz y la felicidad son capaces  por si solos de cometer maldades tan espantosas?  ¿Qué fuerzas llevan al hombre a perpetrar desmanes de tal calibre  unos contra otros?

¿Pero entonces quien es este ser misterioso tan despreciable como  poderoso? Jesús, en cierta ocasión que  fue “tentado” por el diablo, no puso en duda  que Satanás fuera el gobernante de este mundo. Según la Biblia, el diablo lo llevó consigo a una montaña  excepcionalmente alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo: “Todas estas cosas te las daré si caes y me rindes un acto de adoración” Si Satanás no hubiera sido en realidad el gobernante de estos mundos, ¿habría una verdadera tentación su oferta? No, en absoluto. Jesús no negó que todos aquellos gobiernos humanos pertenecieran  a Satanás. De hecho la Biblia  lo llama “el dios de este sistema de cosas”

En todas partes se organizan foros, convenciones  y reuniones donde poder discutir fuertemente contra esa plaga de contiendas que padece la humanidad  y  estas se presentan cada día más fatídicas y más crueles.. El hombre, ingenioso de raza y egoísta  por instinto influenciado por el maligno no puede por si solo cometer maldades unos contra otros como hemos señalado antes. Satanás mediante tretas y  engaños  agradables  y seductores  envuelve a la humanidad con suma facilidad..Definitivamente el instigador del desafuero debe de ser eliminado. Los hombres no puede hacerlo,  pero Jehová Dios si puede. La Biblia  promete que “Dios quebrantará a Satanás bajos los pies de ustedes” (Romanos  16:20)  Por eso  el  cristiano que hace la voluntad de Dios va  advirtiendo a las gentes para que  estén alerta ante al inminente cambio  que  ocurrirá en la tierra.

Y para todos aquellos que aun no han llegado a captar el sentido de este trabajo, les digo que siempre hay una puerta  abierta que es de capital importancia  e interés  para el hombre que busca  su entrega completa a Dios. El cristiano se esmera en escudriñar las  palabras de Dios mediante las Sagradas Escrituras, descubrir cuál es su voluntad, la fuerza para acatar sus mandamientos y un espíritu de esperanza y fe en el Creador. Pero así como  no hay que olvidar que no podemos evitar el contacto con las cosas del mundo tampoco  no hay que olvidar que somos viajeros extranjeros  de  paso  por la tierra.- Nicanor Molina.

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