Resulta muy razonable saber que en estas fiestas navideñas y año nuevo muchas personas se acuerden de aquellas otras que forzosamente trabajan en estas entrañables fechas .tan familiares como hogareñas. A la memoria me viene el caso de los policías, bombero, médicos., personal sanitario y taxistas entre otros servicios públicos.
En estas fechas existen numerosas personas y entidades que velan por la seguridad y tranquilidad de sus semejantes mientras el resto de la mayoría se divierten con sus familiares y amigos reunidos disfrutando bebiendo, comiendo, bailando. al socaire del ambiente navideño.
La noche buena y fin de año para los cuerpos de bomberos no será muy grato mantener sus servicios de guarda o al “pie del cañón” como se suele decir, para el caso de tener que acudir a cualquier emergencia. Tampoco será muy agradable estas noches para los agentes de policía locales y nacionales para que las poblaciones en general transcurran más seguras, aunque anómala para estos ciudadanos de uniforme que no podrán disfrutar de la noche buena y noche vieja de fin de año con sus familiares y amigos.
La atención sanitaria, por supuesto tampoco quedará descuidada. El servicio de urgencia de la Seguridad Social y Hospitales trabajará como cualquier otro día normal y corriente. Y se prevén casos de asistencia de urgencia por problemas derivados del exceso de alimentos o de bebidas, por cuanto las borracheras tienen su apoyo principal en la nochebuena y nochevieja donde como reza la tradición hay que celebrarla una y despedirla la otra de forma alegre y distendida pero, cuidado, con las nefastas consecuencias para la salud del cuerpo humano.
Para los conductores de taxis, la nochebuena permanecerán sentados al volante de sus vehículos pero con algo mayor de autonomía que los demás servicios, antes mencionados ya que durante la hora de la cena se evidenciará cosa difícil encontrar un taxi en movimiento, aunque después de madrugada el servicio se normalice.
Jesús nos advierte contra el afán de pasarlo bien evitando todo esfuerzo porque los humanos son capaces de privaciones pero en cuanto a conseguir una medalla olímpica o un trofeo el cristiano tibio y blandengue quiere salvar su alma como sea. Se deja envolver por las comodidades de la vida, hay que estar atento y vigilantes porque el maligno está a la zaga de cualquier descuidado. Hay que permanecer atentos y de guardia como los diversos servidores públicos que acabamos de mencionar No hay que olvidar que la puerta es estrecha y como dijo Jesús: Son muchos los que entran por el camino ancho y fácil pero que conduce a la perdición (Mateo 7: 13,14) “No es el que me dice: ¡Señor, Señor! El que entrará en el reino de los Cielos, sino aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en el Cielo”. ¿Y cual es esa voluntad, preguntará nuestro amable lector?
"Hacer la voluntad de Jehová depende del conocimiento y cumplimiento de su volundad (Lucas 12:47,48) tener un corazón atento y receptivo, reconocer que Dos nos ama, acatar los actos que están de acuerdo con lo que Nuestro Padre Celetial espera de nosotros. La voluntad de Dios es que, ante todo, tengamos una relación con Él mediante su hijo Jesucristo, Nicanor Molina"
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