miércoles, 12 de diciembre de 2012

ÁRBOL O BELÉN

                         
Entre los preparativos que por muchas partes de la tierra   llevan a cabo muchas familias  para la celebración de las  tradicionales  fiestas de Navidad, figura  la de decorar  sus hogares con motivos alusivos a estas fechas. Pero se presenta el dilema  a la hora de optar por la clásica figura del belén o por el árbol de Navidad.

Quieras o no,  aquí surge el que muchos se acogen a la primera cuestión que consiste en optar por la antigua costumbre de instalar nacimientos públicos y privados y se revalorizan diseños de toda la vida con figuras de barro pintadas. Entre el extenso repertorio de belenes existentes en  muchas partes del globo,  destacan bellísimos conjuntos con  figuras bíblicas  trabajadas  manualmente por importantes personalidades del mundo del diseño artístico. Las hay  con figuras José y el niño Jesús, el buey, la mula, pastores, ovejas  así como los diversos personales, ríos y casas   que asistieron en el tiempo del nacimiento del hijo de Dios. Esto me hace recordar la polémica que se ha  suscitado  por la publicación del libro que el Papa de la iglesia del Vaticano al comentar en su  último libro  que ni una mula ni un buey estaban presentes  en el momento del nacimiento de Jesús.
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En cuanto al árbol de Navidad podemos afirmar  que en muchos hogares lo emplean   también para celebrar las navidades, como un árbol típicamente decorativo adornándolo mediante esferas multicolores  y de regalos. Dicen algunos  que  el árbol de Navidad recuerda el Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva  motivo por el cual vino el pecado original, pero que también representa el árbol de la vida por ser un árbol de tipo perennes.

Pero a  hora de elegir gustos, si bien no se basan siempre  por motivos religiosos sino más bien por la costumbre el hecho es que hay cierto porcentaje de personas y familias  que apuestan  ambas opciones para sus hogares.

Hay una tercera vía también que  merece ser muy respetada  que es la de  aquellos que no quien saber nada de nada alegando que estas fiestas  se han venido convirtiendo de unos años para acá,  sin el menor recato  en una fuente de consumo y  prescinden en sus casas  toda intención que respire espiritualidad.

Se estima que solo en Madrid capital, está presto gastar esta navidad cerca de 1, 9 millones de euros en alumbrado es decir un 33 por  ciento menos que e las pasadas navidades.  Por otro lado para iluminar las calles,  plazas y avenidas de la Gran Área Metropolitana  y Puntarenas  están  previstas gastar unos 41,500 kilovatios.  Si se suma este cúmulo de  kilovatios  y su coste  en euros la cifra resultara monstruosa  para que los ecologistas se alcen en contra de tales despilfarros innecesarios.

 Estamos atravesando por una serie de problemas  extremadamente difíciles, se padece hambre, sed y la pobreza abunda por muchas partes de la tierra, hay violencia sin cesar, multitud de guerras sangrientas y crueles, nacionalismo, independencia, violencia de género, maltratos, racismo, inmigración, políticos corruptos, poder mundial en manos de unos pocos, y por si faltaba algo más, clérigos, sacerdotes, predicadores televisivos conjuntamente con cientos de religiones, sectas y gurús, y que la Nasa advierte de una catástrofe mundial por la llegada de una “enorme tormenta espacial”, todo ello evidencia  que si nuestro Padre celestial no trae pronto su justo juicio el género humano se verá envuelto en una tragedia muy superior a la del diluvio  que arrasó a la humanidad. Afortunadamente y como señalan las Sagradas Escrituras la tierra donde vivimos ahora subsistirá para siempre y además los mansos heredarán la tierra. (Salmos 37:11;  y 104:5)


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