Es evidente que a lo largo de la historia Dios siempre ha venido premiando a las personas que le fueron fieles y leales Un ejemplo de ello lo tenemos en el caso de Zacarías que en tiempo del rey Herodes vivía en la montaña con su mujer llamada Elisabet. Este matrimonio no tenía hijos y como eran de avanzada edad muchas veces había suplicado a Dios que les concediese un hijo que les hiciera la vida más agradable y placentera.
Sucedió un día que estando en el templo de Jerusalén ejerciendo sus funciones de sacerdotales se le apareció el ángel Gabriel, Zacarías al verlo se vio sorprendido pero el ángel lo tranquilizó diciéndole que no temiese ya que sus oraciones habían sido oídas por Jehová de modo favorable.(Zacarías 1::5-7). Muchas de las profecías de Zacarías se cumplen en Cristo Jesús como su entrada en Jerusalén como rey que subido en un asno, la traición por treinta monedas de plata, la dispersión de sus discípulos, el que lo traspasaron con una lanza estando en el madero y título como Rey Sacerdote
No cabe duda que Juan el bautista apareció en la historia como el profeta de Jesucristo, cumpliendo así profecías como el precursor característico de Jesús, destacándose como el más grande profeta de la humanidad y como testigo verdadero del Mesías.
Así, también nosotros podemos estar sumamente agradecidos a Jehová por haber inspirado al escritor Lucas para que pusiera por escrito este sencillo pero grande en su relato exacto, edificante y estimulador que señala la salvación que se acerca mediante el reinadote Dios por su hijo Jesucristo que es indudablemente el medio de salvar de Jehová y por el cual nosotros, al igual que Juan el Bautista debemos servir a favor de los intereses del Reino enseñando y advirtiendo a las personas de nuestro territorio del venidero Reino de Dios.- Nicanor Molina
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