martes, 1 de enero de 2013

AL OIDOR DE LA ORACIÓN, AUN A TI VENDRÁ GENTE DE TODA CARNE


                                                (Salmos 65:2)

La Biblia dice que Dios está cerca de todos lo que lo invocan con apego a la verdad, y que él cumplirá el deseo de los que le temen con reverencia  y oirá su clamor por  ayuda. No obstante si queremos que Dios nos ayude, debemos orarle de la manera que él aprueba que es que se haga entera  humildad y sinceridad.

Pero debemos orar, ante todo a Dios, sin embargo, él quiere que reconozcamos la posición de su hijo unigénito Jesucristo. Las Sagradas Escrituras nos dicen que oremos mediante Jesús. El mismo  dijo: Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mi.(Juan 14:6) De modo que para que nuestras oraciones sean escuchadas, deben ser dirigidas únicamente a Jehová Dios por medio de  su hijo. Si lo hacemos así tendremos indudablemente la satisfacción de saber que podremos acercarnos cada vez más a Jehová. 

Ya en la época en la que Israel era el pueblo elegido, los extranjeros podía acudir al templo de Jerusalén a presentar súplica  a Jehová (1ª Reyes 8:41,42) El no muestra favoritismo y promete escuchar a todo  aquel que lo obedezca (Proverbios 15:8) Joven, puedes estar seguro de que también tu estás incluido entre la gente de toda carne o procedencia que Dios acepta. Todos sabemos que los buenos amigos están siempre en comunicación. ¿Verdad. Que te gusta tener a alguien  con quien compartir tus sentimientos, pensamientos e inquietudes? Pues eso es lo que te ofrece Dios, y la manera de orar  revela lo que tú sientes por Jehová. Ya comprobarás que cuanto más  fuerte sea tu amistad con él, más expresivas serán tus oraciones.

Estamos muy agradecidos al Creador del universo, pues está ya cerca ya de todos los que lo invocamos orándole como el desea (Salmos 145:18)  Aprovechemos bien el gran privilegio que tenemos de la oración. Si lo hacemos, tendremos la inmensa satisfacción de saber que podremos acercarnos  cada vez más  a Nuestro Padre celestial, el oidor de la oración.-Nicanor Molina.  



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