Es extraordinariamente espeluznante y dantesco leer el texto bíblico de 2ª de Pedro 3:10 cuando dice: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”.
Interpretando literalmente el pasaje descrito, da a entender que se refiere a los elementos de la creación, es decir el cielo y las estrellas físicas. Pero con el fuego literal, para fundir estos materiales son imposibles que el sol y la tierra con fuego literal sean fundidos o disuelvan o se reduzcan a la nada científicamente. La estrellas del firmamento de ningún modo serán destruidos, sino que cuando una estrella se enfría se produce una explosión que provoca un agujero negro o una estrella enana. Es decir que la creación nunca se destruye, sino que ella misma se transmuta o cambia en otras nuevas estrellas o galaxias, por lo que entonces deducimos que no pueden ser reducidos a la nada que es lo que realmente significa la palabra “Disolver”.
El Espíritu Santo que es la energía, el poder y la fuerza que sí puede reducir a la nada cualquier cosa visible e invisible es el poder y la fuerza de Dios y de Cristo De modo que tanto la vida o el espíritu de vida o las energías o las fuerzas invisibles de la misma creación como todo lo que es invisible al hombre; el aire, el viento, la electricidad estática o las fuerzas magnéticas que el fuego literal jamás puede reducir la nada. Estos seres humanos que desobedecen y rechazan la Ley de Dios y sus armas o constituciones que ellos usan para rechazar a Dios y a sus Leyes, estos son los “elementos” simbólicos que serán disueltos o reducidos a la nada, no por el fuego literal sino por el poder y la fuerza espiritual que Dios usa para destruir o reducir a la nada cualquier cosa que sea física o invisible.
Los “elementos” humanos lo componen la política y la religión inventada y manipulada por el hombre a su propio beneficio. También los líderes religiosos que rechazan las leyes de Dios y a toda la feligresía y súbditos de las naciones que tampoco crean en Dios, son también estos “elementos” simbólicos y espirituales que serán reducidos a la nada. (2 ª Pedro 3:10) Si todo ello fuera en sentido literal, tanto la tierra y el cielo literal junto con todo lo que hay en ella como plantas, árboles, animales y humanos como hombres, mujeres y niños serán destruidos por el fuego. ¿Acaso no son todas estas cosas seres inocentes?. Si no rechazan a Dios no pueden ser destruidos. Dios no puede hacer que estas personas inocentes sean reducidas a la nada, y tampoco a los que nunca han tenido ningún conocimiento exacto de la Palabra de Dios, de sus leyes ni del fuego literal.
Jehová es un Dios de bondad, de omnipotencia, sabiduría y justicia y sus obras nos manifiestan por todas partes esa perfección divina que apreciamos. No debemos ser temerosos de Dios porque Él Juzga según las circunstancias o la intención porque Dios mora en el corazón de los que le son fieles y por tanto nunca olvidemos que la misericordia de Jehová sobreabunda en el perdón: “Continúen haciéndose misericordiosos, así como su Padre es misericordioso. Además dejen de jugar, y de ninguna manera serán juzgados; y dejen de condenar, y de ninguna manera serán condenados. Sigan poniendo en libertad y se les pondrá en libertad. Practiquen el dar y se les dará,. Derramarán en sus regazos una medida excelente, apretada, remeida y rebosante. Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá a ustedes en cambio”.(Lucas 6:36-38) - Nicanor Molina.-
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