El capítulo 40 del libro de Isaías, en sus versículos 12 al 26 nos describe una serie de atributos divinos de Jehová con su gran poder y sabiduría que confirman el fundamento del consuelo del pueblo de Israel. Comienza así: ¿Quién ha medido las aguas en el simple hueco de su mano, y ha tomado las proporciones de los cielos mismos con un simple palmo de la tierra, o ha pesado con indicador las montañas, y las colinas en la balanza? Quien ha tomado las proporciones del espíritu de Jehová, y quien como su nombre de consejo puede hacer saber algo? ¿Con quien consultó para que se le hiciera entender, o quien le instruye en la senda de la justicia o le enseña conocimiento, o le hace conocer el mismísimo camino del verdadero entendimiento?
¡Mira! Las naciones son como una gota de un cubo; y como la capa tenue de polvo en la balanza han sido estimadas. ¡Mira! El alza de las islas mismas como simple (polvo) fino. Aun el Líbano no basta para que s mantenga ardiendo un fuego, y sus animales salvajes no bastan para una ofrenda quemada. Todas las naciones son como algo inexistente delante de él; como nada y como una irrealidad le han sido estimadas.
¿Y a quién pueden ustedes semejar a Dios, y qué semejanza pueden poner al lado de él? El artífice ha fundido una simple imagen fundida, y con oro la reviste el metalario, y está forjando cadenas de plata. Escoge cierto árbol como contribución, un árbol que no esté podrido. Busca para sí un hábil artífice, para que prepare una imagen tallada a la cual no se le pueda hacer tambalear.
¿No saben ustedes? ¿No oyen? ¿No se les ha informado desde el principio? ¿No han aplicado entendimiento desde los fundamentos de la tierra? Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra, los moradores de la cual son como saltamontes. Aquel que está extendiendo los cielos justamente como una gasa fina, que los despliega como una tienda en la cual morar. Aquel que está reduciendo los funcionarios encumbrados a la nada, que ha hecho a los mismísimos jueces de la tierra como una simple irrealidad. No han sido plantados siquiera; no han sido sembrados siquiera ; no ha siquiera echado raíces en la tierra de su tocón.Y solo tiene uno que soplar sobre ellos y se secan; y como rastrojo se los llevará el mismísimo viento de tempestad.
Pero ¿a quién pueden ustedes asemejarme para que yo sea hecho su igual? Dice el santo. Levanten sus ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es aquel que está sacando el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre . Debido a la abundancia de energía dinámica, él también siendo vigoroso en poder, ninguna de ellas falta..
Se nos dice que Dios mide los océanos en el hueco d su mano, que toma las proporciones del universo con su palmo y como polvo en la balanza, y conoce todas las estrellas del cielo por su nombre. Isaías también se interroga: ¿Quién puede hacer semejante a Dios? ¿El artesano que talla una imagen o el metalista que la cubre de oro? En realidad para Jehová no tiene ningún valor ni poder, y, los que le juzgan y deciden en la tierra son como simples saltamontes. Nada.
A juzgar por esta lectura no nos cabe la menor duda que es una dádiva muy provechosa de Dios para todos nosotros. De la misma manera que en aquel tiempo Isaías anunció y más tarde se cumplió con exactitud esta profecía de liberación, muy pronto nuestro Padre celestial cumplirá el ajuste de cuentas con la humanidad. Esto, significará la liberación de todos los que ocupan una posición favorable al Creador Jehová. Es decir, los que anuncian esta verdad y que significará la destrucción de todos los que se opongan. Es más, ningún poderío humano podrá detener esa promesa de Jehová, porqué como termina el versículo 23 , frente a Jehová no son nada..
Por eso, nosotros debemos adoptar la sabia decisión de mantenernos al lado de nuestro Creador participando en la tarea de advertir a la gente, de esta inminente liberación y la consiguiente vindicación del nombre de nuestro Dios Jehová.- Nicanor Molina.